¿Quiénes son los intelectuales del siglo XXI? ¿Cuál es la naturaleza de los nuevos disidentes? ¿Qué papel
juegan la informática y las matemáticas en la diplomacia, el periodismo, la
política y la cultura? A estas preguntas
fundamentales de nuestro presente responde el físico y periodista Carlos Elías
en su ensayo El selfie de Galileo (Atalaya, 2015).
Elías, del que os recomiendo leer el sugestivo La razón estrangulada (Debate,
2008), tiene un perfil singular en un mundo, el de la comunicación, copado por
mentes de letras. Quizá sea su educación científica lo que le lleva a reflexiones agudas y hasta impías para un periodista al uso. Todo contrario de las lecciones plúmbeas y obsoletas que todavía destilan las Facultades de Periodismo.
El Selfie de Galileo es un buen ensayo a pesar de su pésimo título.
(Un aparte: alguien debería decir a las editoriales que la no ficción de calidad
no se venderá más por pergeñar títulos pretendidamente originales, con guiños a las palabras de moda). Un libro que desafía algunas de las convenciones
sociales más arraigadas, como la de que el mundo financiero está gobernado por
economistas: no, para nada, lo dominan los físicos y los ingenieros
informáticos.
Carlos Elías, que superó con
creces ese estado larvario del enfrentamiento entre las 'dos culturas', considera que el presente
y el futuro de la cultura política pasa por aquellos que son capaces de
modificar el mundo desde la informática, la programación y los sistemas
complejos. Los hackers son los herederos contemporáneos de Erasmo. Galileo vive
reencarnado en Julian Assange. La figura del disidente no
está ya inspirada en Camus o el Che Guevara, sino en aquellos capaces de
dinamitar el sistema desde los números binarios.
La programación informática es un arte sublime, y el algoritmo —que el define de forma sencilla como "los pasos que hay que dar para solucionar un problema"— es una creación humana al mismo nivel que un poema o un cuadro: es, dice, "una obra maestra de la inteligencia humana". Con esa base, Elías teje lo que debe ser (o es ya) el futuro de una sociedad marcada (para bien, sobre todo, pero no solo) por la tecnología: la generación digital hiperconectada y los nuevos movimientos sociales, pero también la nueva ciberguerra, el "contraconocimiento" o lo que el denomina "epidemias de credulidad", que es ni más ni menos que la disolución de la verdad (o de las fuentes de verdad) en nuestro mundo.
El libro, para alguien que, aunque abierto a la ciencia, posea exclusivamente educación superior en Letras, le puede inducir a la depresión. Si el futuro está solo en manos de los científicos (el material) y en manos de los programadores informáticos (el social), ¿qué papel le resta todavía a los historiadores, sociólogos, economistas, etc.? Carlos Elías no resuelve directamente esta incógnita, porque para él un sociólogo o un periodista debería saber programar y estar en ese mundo. Pero precisamente es en este punto donde la obra se queda coja. Faltaría una profundizar no sólo en quienes llevan a cabo el cambio social, y que hay efectivamente cambio social, sino en el cómo —hablar de algoritmos es quedarte en la superficie— y qué consecuencias. Y eso está, a mi juicio, menos explorado.
Título: El selfie de Galileo
Autor: Carlos Elías
Editorial: Península Atalaya
Año de edición: 2015
Tipo de edición: papel
PVP: 21,76 euros
Nacho Segurado
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La programación informática es un arte sublime, y el algoritmo —que el define de forma sencilla como "los pasos que hay que dar para solucionar un problema"— es una creación humana al mismo nivel que un poema o un cuadro: es, dice, "una obra maestra de la inteligencia humana". Con esa base, Elías teje lo que debe ser (o es ya) el futuro de una sociedad marcada (para bien, sobre todo, pero no solo) por la tecnología: la generación digital hiperconectada y los nuevos movimientos sociales, pero también la nueva ciberguerra, el "contraconocimiento" o lo que el denomina "epidemias de credulidad", que es ni más ni menos que la disolución de la verdad (o de las fuentes de verdad) en nuestro mundo.
El libro, para alguien que, aunque abierto a la ciencia, posea exclusivamente educación superior en Letras, le puede inducir a la depresión. Si el futuro está solo en manos de los científicos (el material) y en manos de los programadores informáticos (el social), ¿qué papel le resta todavía a los historiadores, sociólogos, economistas, etc.? Carlos Elías no resuelve directamente esta incógnita, porque para él un sociólogo o un periodista debería saber programar y estar en ese mundo. Pero precisamente es en este punto donde la obra se queda coja. Faltaría una profundizar no sólo en quienes llevan a cabo el cambio social, y que hay efectivamente cambio social, sino en el cómo —hablar de algoritmos es quedarte en la superficie— y qué consecuencias. Y eso está, a mi juicio, menos explorado.
Título: El selfie de Galileo
Autor: Carlos Elías
Editorial: Península Atalaya
Año de edición: 2015
Tipo de edición: papel
PVP: 21,76 euros
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