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lunes, 23 de febrero de 2015

Yo soy Espartaco, de Kirk Douglas

A estos hombres, gentes como Jack Warner, Louis B. Mayer o Harry Cohn, les daba pánico que les arrebataran de un plumazo el poder que ejercían si se llegaba a poner en duda su lealtad a Estados Unidos.Así que se volvieron superpatriotas. Y para demostrarse que eran sensatos, estaban más dispuestos que nadie a sacrificar la vida de otros, incluso de compatriotas judíos. Eran como el gobierno francés de Vichy, unos colaboracionistas que se aferraron a su influencia y sus cargos a costa de sus propios compatriotas.
Hollywood se había vuelto loco.

Quien así escribe es ni más ni menos que una superestrella del gran Hollywood como Kirk Douglas, que a sus 95 años decidió escribir un libro de memorias donde recordaba el rodaje de una de sus más célebres películas (Espartaco) y recordaba el papel que tuvo en el fin de una de las épocas más oscuras de los EE UU durante el siglo XX: la caza de Brujas y las posteriores listas negras de Hollywood.

Tras un insulso prólogo de George Clooney (buen actor y director, pero como prologuista bastante anodino), Douglas recuerda las vicisitudes del rodaje de Espartaco. Para ello nos introduce en el ambiente que se respiraba en aquel Hollywood marcado por las listas negras y cómo hacía los en ellas marcados para trabajar, bajo nombres falsos, cobrando miserias y ganando premios que no podían recoger.

Este actorazo (porque lo era, vamos a ser claros) nos brinda un breve texto escrito con un estilo cercano, que posee un punto de ironía y dulzura bastante interesantes. Es verdad, que pese a que no falta autocrítica, el ego del autor es bastante hermoso y se hace notar. Pero ¿qué esperábamos de una superestrella? Eso también nos habla del personaje y el autor.

Yo soy Espartaco tiene dos áreas de interés con bastante enjundia. La política e histórica, donde Douglas repasa cómo vivía el Hollywood de las listas negras y explica cómo la decisión de incluir el nombre real de su guionista, Dalton Trumbo, en los créditos ayudó a ponerlas fin. En esta parte Douglas se afana en darse importancia y propugnar que él fue el primero en pensar eso, a pesar de que Otto Preminger, con Éxodo, fue el primero en anunciarlo. Bueno, es su libro, lo cuenta bien y lo aceptamos, aunque si no recuerdo mal, la familia de Trumbo siempre dijo que Éxodo fue primero.

El otro punto fuerte es adentrarnos en la creación de una superproducción de los años 50/60 (parada en España incluida). Los problemas con el guión (escrito en la sombra y en secreto por Dalton Trumbo), los líos con la pléyade de estrellas que protagonizaban la película (los Olivier, Kubrick, Laughton y Ustinov resultan de lo más entrañables) , los problemas para pasar la censura del código Hays... Y aquí es donde, el libro se gasta momentos más deliciosos e interesantes.

Un muy muy recomendable libro de memorias que muestra una época apasionante sobre un tema que lamentablemente nunca pasa de actualidad. Y hasta tiene algún chisme simpático. Yo no lo dejaría pasar.

Nota: enhorabuena a la editorial Capitán Swing, porque están editando unos libros más que interesantes (Nacho reseñó hace meses Indies, hipsters y gafapastas). Éste además, lo coronan con una muy interesante galería fotográfica.

Nota2: por si alguien le interesa, otras dos lecturas para adentrarse en el tema de las listas negras: Las listas negras de Hollywood (Península 2009) de Reynold Humphries y Diccionario de la Caza de Brujas (Inédita, 2005), de Javier Coma. Si alguien quiere aportar más lecturas, no dejéis pasar la ocasión y utilizad los comentarios.

David Yagüe
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Título: Yo soy Espartaco
Autor: Kirk Douglas
Traductor: Ricardo García Pérez
Editorial: Capitán Swing
Año de edición: 2014
Tipo de edición: papel
PVP: 17 €

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