Salamandra Black tuvo el puntazo de debutar a lo grande con esta novela y La entrega, del gran Lehane, de la que ya os hablamos. Pizzolatto es el geniecillo detrás de esa gran serie llamada True Detective, que a muchos nos fascinó. También participó en una serie policiaca notable como es la adaptación estadounidense de The Killing. Está Galveston es su primera novela y es un debut notable, una muy buena novela, que hace que nos apuntemos su nombre para futuras obras, pero a la que quizá la publicidad y el efecto del éxito televisivo de su autor ha hecho flaco favor.
Galveston es la historia de Cody, un matón de la mafia de Nueva Orleans, que, a la vez que se entera de que está enfermo de cáncer, su jefe le tiende una trampa e intenta quitarle de en medio. De la encerrona Cody sale a tiros, con una carpeta y una joven prostituta con la que inicia una huida a ninguna parte que los llevará a la ciudad texana de Galveston.
No es un planteamiento en exceso original, pero Pizzolatto se muestra como un escritor de oficio y recursos al adentrarse en estos dos personajes (el matón y la puta) y convertirlos en creíbles, delicadas figuras de porcelana escondidas por corazas externas. La historia tiene un tempo lento y pausado, que le sienta bien, y el autor demuestra que tiene un estilo fluido, en ocasiones muy evocador, casi poético.
La historia juega bien sus bazas y plantea con gracia sus conflictos y paradojas como el del asesino de buen corazón, la esperanza inesperada en una historia en apariencia desesperanzada, la vida floreciendo en medio de la muerte y, sobre todo, lo fácil que es hacer el mal y lo difícil que es hacer algo bien... Quizá en ocasiones falla un poco en algunas pretensiones pero la novela se eleva como una notabilísima ópera prima. Y presenta a un autor con estilo y universo propio, independientemente del medio para el que escribe, al que además se agradece que no haya aprovechado (aún) su tirón televisivo para hacer un refrito de sus historias audiovisuales.
Así pues, una novela notable que quizá deja un sabor agridulce por la injusticia de haberla sometido a unas expectativas demasiado altas. ¿Mi recomendación? Leedla, sin duda, pero intentad llegar lo más virgen posible a ella. Y nos apuntamos al autor para el futuro. Merece la pena.
David Yagüe
Sígueme en @davidyaguec | David Yagüe (FB)
Traductor: Mauricio Bach Juncadella
Editorial: Salamandra Black
Año de edición: 2014
Editorial: Salamandra Black
Año de edición: 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario