Es todo un placer presentaros hoy a una amiga y compañera de trabajo que, como yo hace no demasiado, ha cumplido un sueño: el de escribir y publicar su primera novela. Melisa Tuya (Madrid, 1976) acaba de lanzar Galatea (Lapsus Calami, 2014) una obra de ciencia ficción que nos llevará lejos en el espacio y en el tiempo. Una historia fabulosa llena de aventuras, acción, viajes, pero también de pasiones, humanidad, crueldad y emociones. En esta historia, Melisa ha utilizado temas de sobra conocidos en el género (androides, viajes estelares, colonias...), pero ha sabido imprimirles un enfoque muy personal, que se nota, sobre todo, en sus personajes. Y para quien diga que esto lo digo por amistad y no por convicción, varias muestras de que quien la lee la disfruta: en Público, Terra y en Todoliteratua.
Pero quién mejor que su propia autora para hablarnos de esta historia...
Lo primero, enhorabuena… En apenas un mes, y Galatea ya va por la tercera edición. ¿Te esperabas esta gran respuesta?
La verdad es que no tenía ni la menor idea de la respuesta que iba a recibir, pero sospechaba que podía gustar. Antes ya de publicarse, todos los que la leyeron coincidían en que adictiva y que es el tipo de libro que recomendarían. Pero quiero ser prudente, realmente acaba de echar a andar.
Cuéntanos cómo nació esta novela. Al principio fue un relato… ¿y te diste cuenta que podías expandir ese universo mucho más?
Sí, el segundo capítulo era el relato original. Un amigo mío desde la adolescencia, un gran lector y responsable del blog Lectura y locura lo leyó y me dijo que ya era hora de dejarme de relatos cortos, que lo mío era escribir en largo y que esa historia estaba pidiendo más desarrollo. Le hice caso y nueve meses más tarde tenía la novela.
En esta historia hay muchos elementos y temas (y no sólo de ciencia ficción) pero el argumento me lleva a fijarme en Asimov indudablemente y el tema de los androides. En esta historia hay una mirada certera y apasionada sobre la humanidad. ¿Puede un ser humano dejar de ser lo que es? ¿Y un ser artificial acabar siendo humano?
Más que a Asimov tenía en la cabeza El perfume. Desde el primer momento tenía claro que quería indagar en lo que era ser humano. Por supuesto que un ser humano puede convertirse en un monstruo frío y calculador. Y que un ser artificial tenga cierta humanidad es algo que no me extrañaría. Recientemente un grupo de ingenieros e informáticos han publicado una carta abierta a gobernantes precisamente alertando sobre los dilemas éticos que están a la vuelta de la esquina, ligados al avance en inteligencia artificial.
Mis dos vehículos para esa exploración son los dos protagonistas: ella y su módulo ClaX. Las personas malvadas, los psicópatas, con frecuencia no creen serlo. Están convencidos de que sus actos están justificados. Me divertía mostrar un personaje así en primera persona y que el lector fuera descubriendo por su cuenta su fondo moral, su humanidad.
¿Tienes una imagen del futuro tan despiadada como la que presenta Galatea?
No, si soy sincera he escrito del futuro teniendo muy presente el pasado. Esos mundos fronterizos de Galatea, con una autoridad central lejana y colonos estableciendo sus propias reglas, violentas con frecuencia, son en esencia muy semejantes a la colonización del Oeste americano.
Escritora, madre y una periodista muy concienciada con los temas de la infancia y la maternidad, crea una personaje, también madre… Que es, como decirlo, ¡muy inquietante!
Sí, a la gente le sorprende que siendo una persona preocupada e implicada en protección animal, en una crianza respetuosa con los niños, en la defensa de los derechos de las personas con discapacidad… mi primer libro tenga tanta violencia, personajes tan complejos y sexo explicito. Incluso hay amigos que se han sorprendido por encontrar tacos cuando yo no suelo decirlo. Pero es que no es una autobiografía, para mí ha sido crear mi propia película de ciencia ficción divirtiéndome mucho en el proceso.
Me cuesta elegir, pero si me obligas a hacerlo te diría que al que tengo más cariño es a Duncan. Siendo también complejo, es el que mejor fondo tiene de todos ellos. Dicho de otra forma, sería el único con el que me apetecería tomar un café. Pero creo que mi personaje más carismático es ClaX.
En el futuro, ¿pensarías en realizar una continuación o una historia inserta en ese universo?
A día de hoy, la verdad es que no. Es cierto que podría continuar, pero creo que tiene un final muy redondo. Como acaba es probablemente lo que más me gusta de Galatea. Y hay otras historias dentro de mí que me apetece sacar. Pero nunca se sabe. Tal vez de repente me apetezca volver a esas colonias fronterizas en las que la humanidad explora nuevos límites. O venga la HBO con un cheque ;)
Por cierto, me gustaría incidir, en que parte de los beneficios de la venta de Galatea irán destinadas a una buena causa…
Sí, la mitad de los beneficios que nos genere a mí y a la editorial irán destinados a los perros y gatos abandonados de la Asociación Nacional de Amigos de los Animales, la protectora en la que adopté a mi perra, que ahora es una viejita de unos 15 o 16 años. No es que me sobre el dinero, tengo hipoteca y dos hijos, uno de ellos con discapacidad, pero tengo la suerte de trabajar y tener un sueldo todos los meses y me siento más cómoda repartiendo el dinero extra que pueda recibir. Ya lo hice así con los 10.000 euros del premio al Ingenio en Internet que me dieron en el Congreso de Periodismo Digital hace cinco años.
Como madre y periodista, ¿de dónde sacas tiempo para escribir?
Creo que es más una cuestión de constancia que de tener mucho tiempo. Procuro escribir algo todas las noches antes de dormir, aunque sea una línea. Quito Internet, que es un ladrón de tiempo importante, y veo muy poco la televisión. Cuando escribo también le quito tiempo a la lectura, eso me duele más.
Además de eso, ¿has utilizado alguna experiencia propia real en la construcción de esta novela?
No, en esta nada. He usado mis años como periodista especializada en ciencia y tecnología, escribiendo también de videojuegos. En la segunda mucho. De hecho me preocupa que la gente que me conoce lea la segunda y al reconocer lugares, anécdotas o situaciones piense que yo soy alguno de los tres protagonistas.
¿Es la ciencia ficción tu género favorita como lectora? ¿Y cómo escritora? ¿Te gustaría en unos años ser conocida como escritora de ciencia ficción?
No tengo un género favorito, la verdad. Soy bastante ecléctica en mis lecturas. Imagino que he leído más ciencia ficción que la media porque sí que he disfrutado con la mayoría de los grandes clásicos, desde Soy leyenda a Flores para Algernon, pasando por El juego de Ender, La guerra de los mundos o cualquiera de la maravillosa Ursula K. Leguin. He leído poca ciencia ficción española contemporánea, lo reconozco. Me gusta mucho la ciencia ficción en cine y televisión, de hecho todos los lectores de Galatea coinciden en que es muy cinematográfica. Mi tercer libro vuelve a ser ciencia ficción. Me encantaría ser conocida como escritora de ciencia ficción, pero aún me queda mucho por andar. Salvo para muy pocos, escribir es una maratón.
¿Nos recomiendas un libro de ciencia ficción que te haya marcado?
Es imposible destacar uno, pero si estamos hablando de Galatea tengo que hablar de Dune. Hay algunos homenajes a la obra de Frank Herbert en mi novela. Fue una de las primeras que leí, tendría unos catorce o quince años y me fascinó.
¿Cómo es Melisa Tuya como escritora? ¿Es metódica y planificada? ¿O escribe según le sale? ¿Cómo nacen sus historias?
Normalmente construyo en mi cabeza un punto de partida y tengo más o menos claro hasta dónde quiero llegar y algunas escalas por el camino. Teniendo ese esqueleto me pongo a escribir y me voy sorprendiendo a mí misma. Soy un ejemplo típico de la teoría del fósil de Stephen King. Sé que ahí hay un dinosaurio enterrado, pero hasta que no acabo no sé exactamente cómo es. Escribo del tirón y luego releo y repaso.
¿Trabajar como periodista ha sido definitivo para que dieras el salto a la ficción o desde siempre soñabas con escribir tus historias?
Mi primer intento de escribir una novela tuvo lugar en mi primera adolescencia. No la terminé y no volví a intentar escribir una hasta Galatea, dos décadas después. Imagino que soy de las que necesitaba que la vida me vapuleara un poco, como decía Scott Fitzgerald. Pero desde siempre he necesitado juntar letras. Escribir es mi profesión y mi devoción, siempre he tenido blogs y buscado consuelo en la escritura.
Acabas de debutar como escritora. Ya has probado el trabajo y lo que cuesta. Ahora, si un escritor novel te pidiera consejo ¿qué le dirías?
No sé si estoy capacitada para dar consejos, estoy en pleno aprendizaje. El mundo editorial era un desconocido para mí, que me limitaba hace muy poco a comprar libros y leerlos sin pararme a pensar demasiado cómo llegaban a mis manos. Imagino que le diría que no dejara de divertirse y aprender en todo el proceso y que se mentalizara de estar corriendo una carrera de fondo. No hay que desfogarse, hay que reservar fuerzas. Escribir nunca debe dejar de ser una pasión, algo con lo que disfrutamos.
Eres una persona muy interesada en las nuevas tecnologías, ¿cómo ves, como autora, el desembarco de las nuevas tecnologías en el mundo editorial? ¿Te aterran o te alegra su llegada?
Esta pregunta da para una tesis, a ver si soy capaz de resumirlo. La tecnología es un instrumento, no es ni bueno ni malo. La llegada de Internet ha puesto patas arriba todos los modelos de negocio en los que están implicados bienes que pueden ser digitalizados y por tanto multiplicados hasta el infinito. Ha pasado en la música, en el cine, en los libros y en el periodismo, que es el sector que mejor conozco porque es mi oficio. No me aterra en absoluto. Lo que hay que procurar es ser lo suficientemente inteligente para entender y usar la herramienta sacando provecho de las muchas posibilidades que brinda y lo suficientemente flexible para adaptarse a su llegada. No se puede luchar contra lo que ya está aquí, si nadas contracorriente acabas ahogándote. Cuando llegaron los automóviles hace un siglo había todo un sector vinculado a otros medios de transporte a vapor y con tracción animal. ¿Era cosa de aterrarse o de alegrarse por su llegada? Pues sencillamente era cosa de adaptarse, por que si llega algo para quedarse y se extiende rápidamente es indudablemente porque tiene muchas ventajas.
¿Libro en papel o ebook?
Depende. Yo soy consumidora de ambos soportes, cada vez más del libro electrónico que suele ser más barato (leer no es una afición barata), permite acceder fácilmente a títulos en inglés y evita que te deslomes llevando dos kilos de papel en el bolso. Yo ya no compro libros grandes y pesados en papel, tampoco títulos que sospecho no muy buenos pero que despiertan mis curiosidad. Reservo el papel para hacer regalos y para unos pocos libros y autores a los que me apetece ver en la estantería.
Aunque es cierto que ver tu libro publicado en papel tiene unas resonancias que no tiene en eBook. Llámame romántica.
Si ves en Facebook a un lector que ha leído Galatea en una edición pirata. ¿Le dirías algo?
Que espero que lo disfrute y que, de ser así, me recomiende. En general deberíamos recomendar más los libros que nos gustan. Lo hacemos poco, muchas veces por distintos tipos absurdos de vergüenza. No tengo autoridad moral para decir otra cosa.
Tras Galatea, sé que vas a seguir escribiendo ¿qué será lo próximo?
El segundo libro ya está terminado, se llama En la sala de espera y sigue a tres padres de niños con discapacidad que se conocen en un centro de atención temprana. El tercero vuelve a ser ciencia ficción, una distopía con toques de novela negra. Llevo ya unas doscientas páginas y creo que puede ser el mejor de los tres. Y el cuarto ya bulle en mi cabeza: una historia de amor con el marco de la protección animal. Parece que el cuerpo me pide alternar la ciencia ficción con otra narrativa más personal, mas costosa también de escribir.
David Yagüe
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