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martes, 8 de julio de 2014

La línea invisible del horizonte, de Joaquín Bergés



Un médico. Un todoterreno. Una carretera nocturna. Un accidente. Un jabalí atropellado. Con estos elementos de partida Joaquín Berges construye la trama de La línea invisible del horizonte (Tusquets, 2014), una novela coral ambientada en un renacido pueblo de Aragón, a orillas del pantano donde se sumergió la antigua villa, de la que solo asoma entre las aguas la torre de la iglesia. 

La Línea invisible del horizonte es una obra de secretos. Casi todos los personajes ocultan uno. Desde Javier –el neurólogo cincuentón que huye sin fin, el forastero de ciudad que llega a ningún sitio– a Marina, la bella y solícita joven que primero, la misma noche del accidente, le elige como pareja para jugar un torneo de guiñote y luego le acoge amablemente durante una semana en su propia casa. 

Sinia, el pueblo de nueva planta, es un entramado urbano como de juguete, igual que la moral que soportan sus habitantes. Los recuerdos de todos ellos, de los viejos y de los jóvenes, no está en sus relucientes casas, sino sumergidos a decenas de metros de profundidad. El cementerio, la iglesia, los huertos, las historias, las personas. Todo aquello que hace de un pueblo un teatro eterno ha sido aniquilado por el bien del progreso

Seguir profundizando en el libro sería destriparos parte de la trama, y dado la obsesión casi ontológica que hay últimamente por los finales, prefiero no tentar a la suerte de que pilléis un cabreo por mi culpa. Los secretos que ocultan Javier y el resto de personajes tienen que ver con un pasado mal resuelto; no son pasados fuera de lo humano, pero sí dañinos o vergonzosos. Hasta ahí puedo revelar.

El silencio, la geografía, la camaradería recién adquirida, la sensualidad primitiva y primordial, la lluvia y el reflejo espectral del embalse también son elementos importantes en la novela. Son los materiales físicos que los rodean y les sirven –bien de parapeto, bien de catalizador– para sus vidas. El libro, que comienza como una road-movie y evoluciona como un relato costumbrista, acaba con Javier –el médico– de nuevo conduciendo su coche y "tragándose las líneas discontinuas de la carretera".

Título: La línea invisible del horizonte
Autor: Joaquín Berges
Editorial: Tusquets
Año de edición: 2014
Tipo de edición: papel
PVP: 18 €

Nacho Segurado
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