Jorge Díaz (Alicante, 1962), guionista y escritor, al que entrevistamos con motivo de su anterior novela La justicia de los errantes (Plaza&Janés, 2012) y que nos acompañó en las I Jornadas de novela histórica que organizamos, regresa a nuestro blog con otro libro bajo el brazo: Cartas a Palacio (Plaza&Janés, 2014). Díaz aprovecha el centenario de la I Guerra Mundial y nos da una visión novedosa, y más cercana, de aquel conflicto gracias a la historia real de la Ofician Pro-Cautivos que inició Alfonso XIII. La novela va por su tercera edición, así que los lectores han quedado cautivados por esta historia...
¿Cómo encontró Jorge Díaz la historia de la Oficina
Pro-Cautivos y cómo decidió que debía ser el eje de su nueva novela?
Las historias siempre aparecen por casualidad, aunque quiero creer que lo hacen en el momento oportuno, cuando el escritor está buscando. En el caso de Cartas a Palacio, la historia de la Oficina Pro-Cautivos surgió viendo un documental de televisión que hablaba de la ayuda humanitaria de Alfonso XIII durante la Primera Guerra Mundial. De inmediato me interesó y tuve el presentimiento de que ahí se escondía una novela. Lo demás fue sólo documentación y trabajo.
Quizá para muchos (en estos tiempos de debate sobre la
monarquía y su papel) dé una visión diferente sobre Alfonso XIII, un rey que no
ha tenido demasiada buena prensa…
En realidad Alfonso XIII es un efecto colateral de la novela. Mi intención no era escribir sobre él sino sobre la Oficina. El rey es un personaje secundario y sí, ha salido muy positivo. No es por simpatía personal, simplemente se habla de una época y de unos hechos en los que Alfonso XIII acertó, tanto al colaborar para que España no entrara en la guerra como al poner en marcha la ayuda humanitaria de la que habla Cartas a Palacio.
Como escritor… ¿Ve una buena novela con el cambio de reyes
que acaba de ocurrir?
Soy un ferviente defensor de la idea de que cuando alguien conoce un tema y lo cuenta con pasión lo convierte en algo muy interesante, sea éste cuál sea. Estoy seguro de que habrá un autor que lo haga con el cambio de reyes y que conseguirá algo apasionante de leer. Mimbres no le van a faltar, desde luego.
En pleno centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial
y acostumbrados a los espías, las trincheras, la modernización del armamento,
¿usted presenta un lado mucho más solidario sobre aquel conflicto? ¿Hasta en
las peores guerras hay destellos de esperanza?
Siempre las situaciones dramáticas dan lugar a todo tipo de comportamientos humanos, los mejores y los peores. No olvidemos la gran cantidad de historias conmovedoras que nos ha dado un hecho tan abominable como el Holocausto. España tuvo la suerte de no entrar en aquella guerra y quedarse con las reacciones más positivas.
Entre los espías, el comercio con los países beligerantes,
la Oficina Pro-Cautivos… Parece que España fue oficialmente neutral pero para
nada pasiva en aquel conflicto.
Hay una frase que he leído atribuida a Alfonso XIII: España tiene que ser neutral pero no indiferente. La preocupación por los prisioneros es la parte más beneficiosa de esa falta de indiferencia, el negocio con los comercios participantes la menos. La Gran Guerra le proporcionó grandes ganancias económicas a España.
¿Por qué decides que tus personajes en esta novela sean una
joven con desesperadas ansias de modernidad, un joven anarquista, un amigo del
rey cuya vida no marcha según lo esperado…?
Tres personajes en conflicto en un momento de conflicto. Son los mejores que se me ocurrieron y que mejor cuadraban en la historia que quería contar. Además quería que mi protagonista fuera una mujer y que el hilo principal fuera una historia de amor. Tenía que encontrar un personaje femenino atractivo y situarla entre dos mundos completamente opuestos. Mi intención era que sus dos posibles opciones fueran atractivas y que el lector no supiera por cuál de ellas decantarse. Hasta la penúltima página los dos tienen posibilidades y cualquiera puede ser el escogido.
Por cierto, otra vez su camino literario se cruza con el
anarquismo. ¿Un guiño a su anterior novela?
Me atrae mucho el anarquismo y creo que es muy difícil hablar del primer tercio del siglo XX en España sin mencionarlo. Y hay una causa mucho más prosaica, al fin y al cabo es documentación que ya tengo hecha…
¿Cambia mucho su mecánica de trabajo al ponerse a escribir
una novela o guión?
Claro, aunque en algunos aspectos son el mismo trabajo hay otros en los que difiere mucho. Un guión lo tengo mucho más cerrado cuando empiezo a escribir, he hecho una escaleta que no me voy a saltar, en la que cada escena tiene su lugar y su descripción. Una novela permite mucha más libertad, aunque sepas el final y hacia dónde vas puedes recrearte más en algunos detalles.
Los derechos de esta novela ya están en manos de una
productora para convertirse en serie de televisión. ¿Cómo se imagina la serie?
La experiencia te dice que es mejor no imaginarse mucho, no siempre por motivos negativos, hay veces que lo que ves en la pantalla es mejor que lo que te imaginabas. En una serie trabajan muchos profesionales que recrean lo que había en el papel y hay ocasiones en las que de esa variedad de miradas sale algo mucho mejor, no hay que cerrarse. Tengo muchas ganas de ver Cartas a Palacio en una pantalla.
¿Le gustaría que le llamaran para escribir los guiones?
Sí, por supuesto. Aunque la productora no tiene ninguna obligación de hacerlo me gustaría estar implicado en la serie.
Aunque no es un fenómeno nuevo (al menos en el mundo
anglosajón) este año varios guionistas han probado suerte con la novela y han
logrado éxito: Nacho Cabana, Miguel Saéz Carral, usted… ¿Un nuevo campo para
ofrecer sus historias ahora que la crisis parece haber frenado la producción
audiovisual?
Mencionaría también a otros: Antonio Mercero, Ángela Armero, Pablo Tobías, Carlos Montero, Lea Vélez… Todos somos escritores profesionales, acostumbrados a escribir historias. Es normal que tomemos la decisión de hacerlo en cualquier formato posible. Supongo que la crisis del sector audiovisual ha provocado que todos salgamos más o menos a la vez. Lo que creo es que será una tendencia que no desaparecerá. Muchos amigos guionistas están escribiendo y lo hacen muy bien.
¿Cómo valora las últimas polémicas entre el Gobierno y el
sector audiovisual (desgravaciones, IVA cultural...)?
No es un tema sobre el que tenga muchos conocimientos, aunque estoy seguro de que hago mal en no informarme. Digamos que me limito a hacer mi trabajo lo mejor que puedo y a intentar vivir de él. Creo que el mundo cultural en España ha estado siempre en crisis.
¿Estás trabajando ya
en otras novelas?
Estoy trabajando, aunque todavía no en una novela concreta. Tengo un par de ideas a las que doy vueltas, de las que leo y tomo nota. A lo largo del verano estaré metido de lleno en una de ellas.
David Yagüe
Sígueme en @davidyaguec | David Yagüe (FB)
Sigue a Best Seller Español en Twitter y Facebook.
No hay comentarios:
Publicar un comentario