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jueves, 5 de noviembre de 2015

'Bajo el signo de Marte', de Fritz Zorn

Torpedo contra lo correcto. Alegato impío contra esa misma clase burguesa que se lo había proporcionado todo, contra su familia, su entorno escolar y sus proyectos vitales. Un manifiesto crepuscular de un ser que, aunque joven, está próximo a la muerte. Cianuro mezclado con celulosa. Un libro del que no sabes si odiar al autor o apiadarte de él. Un pétreo puñetazo en lo profundo de las convicciones de uno. Bajo el signo de Marte (Anagrama, 2012) es el testimonio de un moribundo treintañero que se define en una línea: "Soy joven, rico y culto; y soy infeliz, neurótico y estoy solo".

La obra, un testamento autobiográfico, es, según el propio autor, "a historia de una neurosis". Fritz, depresivo y luego enfermo de cáncer (incurable: lo mató a los 32 años), repasa su vida, llena de opiniones vicarias, de experiencias asumidas por persona interpuesta. “Solo aprendí a no tener opinión propia”, sentencia casi al comienzo. El libro, que fue publicado a la muerte del autor, cayó como un rayo sobre la acomodada y autocomplaciente comunidad suiza de los años setenta. Un niñato que se rebela contra las funestas convenciones morales y sexuales de su entorno sacándoles los colores (“la verdad no tenía importancia, solo importaba la cortesía”,) vaciándose de odios y afrentas en la hora final.

A Zorn, la banalidad le estaba prohibida; también la alegría simple y sencilla de quienes disfrutaban de la vida sin los corsés de clase impuestos en su familia.
Además, Zorn, enfermo mental desde joven, enfermó a su vez de cáncer, un mal que atribuyó a su biografía, un juicio completamente anticientífico, pero que comulga con el tono mordaz y autohiriente de su libro. "Aquella cosa terrible que me había torturado toda mi vida sin que pudiera darle un nombre, había recibido uno finalmente", dice de su tumor, de su "enfermedad del alma".

Quizá lo que más desasosiego produce de un libro como este es que el lector espera de él cierta revelación póstuma, o al menos la confirmación de la esperanza de que su autor se redimió y murió en paz tras deponer tanta hiel acumulada. Pero la serenidad no llega. "Escribir mis recuerdos no ha  deparado la calma, sino, al contrario, una agitación y una desesperación aún más aguda", sostiene hacia el final, por si alguno todavía tenía esperanzas. Fritz sabe que maneja una mercancía altamente peligrosa: él mismo. No hay salvación para nadie, pero menos para él: "Todo el mundo es un neurótico; pero yo lo soy un poquito más".

No hay enseñanzas útiles en Bajo el signo de Marte. Su autor es un "revolucionario pasivo", paradigma del individuo moderno. Lo bueno, además, es que no hay por qué compartir su nihilismo, yo sin ir más lejos no lo comparto, de hecho lo rechazo. Hay un hombre ahí, esperando a ser leído. Con eso basta.

Título: Bajo el signo de Marte
Autor: Fritz Zorn
Editorial: Anagrama
Año de edición: 2013
Tipo de edición: papel
PVP: 19 euros

Nacho Segurado
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