Páginas

lunes, 22 de diciembre de 2014

No hay cuervos, de John Hart

Atento, negrolector que te acercas por aquí, que hoy te traigo una recomendación-bomba, para mí una de las mejores novelas negras que he leído este año: No hay cuervos (Ediciones Pàmies, 2014) de John Hart. ¿No te suena? Pues te sonará, tiempo al tiempo. Y si la acabas leyendo, seguramente me acabes dando la razón.

La acción se sitúa en un deprimido (o deprimente) condado ficticio de Raven, Carolina del Norte, (basado en donde creció el lector, Rowan). Allí, un detective de policía y un joven de 13 años viven un calvario desde la desaparición de una adolescente un año antes. El detective es el policía que no la encontró y se obsesionó con el caso. El joven, el hermano mellizo de la víctima, cuya vida se hundió con su hermana. Un año después, ninguno de los dos ha logrado superar aquello y, cada uno a su manera, siguen buscando a Alyssa. Hasta que otra joven de la misma edad desaparece de nuevo...

Con esos mimbres (sí, no cuento mucho, prefiero que lo descubráis) arranca No hay cuervos, un novelón adictivo que mereció, en su país, los premios Edgar y CWA Dagger. Hart logra crear un ambientación muy creíble de su mundo rural del sur de los EE UU (¿quizá un poco True Detective? ¿O ya abusamos de esto?), a veces impresionista y casi dolorosa, que a veces llega a resultar terrorífica. Sus personajes resultan dolorosos y sus traumas, en gran medida, creíbles. Este autor estadounidense ha logrado descender hacia las entrañas de sus creaciones e intenta dar respuesta a un interrogante: ¿es el mal un cáncer para el alma? 

-Ya lo sabes -dijo el jefe-. Dios, todos los sabemos, lo repite con demasiada frecuencia.
(...)
"La maldad es el cáncer del alma"
-Lo dice porque es un cínico. La mayoría de los policías lo son.
-O tal vez porque habla de sí mismo.

Ricos y pobres, policías y criminales, adultos y niños, todos ante el terror del crimen... en No hay cuervos el lector se enfrenta a distintas desigualdades y su respuesta al crimen. Hay, en algunas partes, un tono alucinado que nos adentra en la pesadilla de sus personajes, que se torna tangible, dolorosamente cercana. Me resulta también especialmente atractiva la manera de acercar el crimen a la mentalidad adolescente y lo bien resuelta que está esa parte.

Johnny lo había aprendido desde bien joven. Cuando alguien le preguntaba por qué era tan diferente, por qué se mostraba tan reposado y por qué sus ojos parecían como si absorbiesen la luz, siempre contestaba lo mismo. Se dio cuenta muy pronto de que no había ningún lugar seguro: ni el jardín trasero, ni el porche de la entrada o la calle tranquila que bordeaba un extremo de la ciudad. No había ningún lugar seguro ni nadie que le protegiese.
La infancia era una ilusión.

A pesar de un inicio quizá algo confuso, a pesar de resultar muy intrigante, Hart sabe recoger los muchos elementos que siembra (y los variados temas: el pasado y su peso, la amistad, la venganza, la obsesión, la destrucción de la infancia, el mal, el perdón) y los sabe aprovechar y resolver, creando una trama brillante que funciona a la perfección. Bien, esto es género negro, y habrá algún truco, pero en general todo resulta de los más lucido.

Poco más quiero decir. Leed, leed. Es un novelón negro de los que merece la pena hincar en diente. Buena ambientación, interesantes personajes y una gran trama. ¿Podéis pedir mucho más?


David Yagüe
Sígueme en @davidyaguec | David Yagüe (FB)

TítuloNo hay cuervos
Autor: John Hart
Traductor: Cristina Alegría
Editorial: Pàmies
Año de edición: 2014
Tipo de edición: papel
PVP: 19.95 €

Sigue a Best Seller Español en Twitter y Facebook.

No hay comentarios:

Publicar un comentario