Recientemente Juan Vilches (Alcalá de Henares, 1959), recogía el premio de novela de
histórica "Ciudad de Cartagena" del año 2013 con Te prometo un imperio (Plaza & Janés, 2014). Nosotros aprovechamos esta
ocasión para tener la conversación que teníamos pendiente con él tras
las jornadas de novela histórica del mes de mayo. Como siempre un placer hablar con él.
-“Te
prometo un imperio” ya tiene una amplia andadura. ¿Cómo la ves ahora con algo
de perspectiva? ¿Estás contento o cambiarías cosas de ese camino?
La novela se ha
convertido en un gran éxito. A pesar del tiempo transcurrido, sigue
funcionando, las ventas son estupendas y continúo participando en tertulias y
entrevistas. No cambiaría nada de nada. La fórmula ha sido perfecta.
-¿Qué
significó para ti, para tu carrera y para “te prometo un imperio” que ganaras
el “premio Ciudad de Cartagena” en el 2013?
Como te puedes
imaginar, estoy feliz y orgulloso por el
premio concedido. Con mi primera novela fui finalista del Premio
Fernando Lara de la editorial Planeta; y ahora, con la segunda, he recibido el
premio “Ciudad de Cartagena”, que es el premio de novela histórica más
importante de este país. Haber sido galardonado con un premio que ostentan
autores de la talla de Julia Navarro, María Dueñas, Santiago Posteguillo,
Massimo Manfredi o Javier Cercas, sólo puede ser un motivo de alegría y
satisfacción. Y además se da la circunstancia de que el Premio Ciudad de
Cartagena no es un premio al que se presenta el autor, sino que un jurado muy
estricto elige a la mejor novela histórica del año entre todas las publicadas,
lo que supone un mayor reconocimiento a mi trabajo.
-Si Juan Vilches
pudiera elegir conocer en la realidad a uno de sus personajes… ¿a quién
elegiría?
Eduardo VIII, sin duda. Y si es posible elegir dos, incluiría a Wallis
Simpson. Eduardo VIII y Wallis Simpson son dos personajes que, hoy día, siguen
levantando pasiones. Eduardo ha sido el rey más querido y admirado por el
pueblo británico, capaz de renunciar a todo un Imperio por el amor de una mujer
plebeya, norteamericana y divorciada en dos ocasiones. Un cuento de hadas maravilloso.
Pero bajo la apariencia de esa historia de amor tan perfecta, calificada por la
prensa mundial como «la más bella historia de amor de todos los tiempos»,
intuía que había algo. Me puse a investigar y no me equivoqué. No todo era
amor, sino que había mucho más.
-¿Cuánto tiempo te llevó
preparar esta novela? Imagino que la documentación fue laboriosa. ¿Cómo sueles
afrontar esta fase en tus libros?
Estuve unos dos años preparando la novela. Fue necesario leer muchos
libros, muchas revistas, muchos documentos. Ha sido un trabajo agotador, porque
de la visita de los duques de Windsor a España en 1940 no se había escrito
absolutamente nada. Tuve que investigar a fondo para averiguar qué pretendían
los duques en un país amigo de Alemania, cuando Inglaterra estaba en guerra
contra los nazis. No te olvides que después de abdicar como rey de Inglaterra,
Eduardo y Wallis se trasladaron a vivir a Francia. En mayo de 1940, las tropas
alemanas invaden Francia, por lo que Eduardo y Wallis se ven obligados a abandonar
su mansión en la Costa Azul. Pero lejos de escapar a un territorio «amigo»,
como Gibraltar, Portugal o la propia Gran Bretaña, tomaron la ilógica decisión
de viajar a España, una nación amiga de la Alemania nazi y que estaba a punto
de declarar la guerra a Inglaterra. ¿Qué pintaba aquí Eduardo? ¿Acaso pretendía
firmar la paz con Hitler y recuperar la corona perdida? A partir de este viaje
a España, Eduardo se convertirá en un personaje incómodo, conflictivo, incluso
se le acusará de traidor. Ni el Gobierno inglés ni su familia jamás le
perdonarán su comportamiento en Madrid, y será apartado por completo de
cualquier acto oficial y castigado al ostracismo más absoluto. Con todos esos
ingredientes, ¿cómo me iba a resistir a escribir esta historia?
-¿Eres un escritor muy planificado o prefieres
ponerte a escribir y dejar que la historia fluya?
Hasta que no tengo toda la novela en la cabeza, no empiezo a escribir.
Luego quizá cambie algo, mucho o incluso todo. Pero ya, sobre la marcha.
Siempre me hago un guión muy detallado de lo que debe contener cada capítulo. Y
solo entonces, empiezo a escribir. Si algo cambia, se debe a que los personajes
cobran vida propia y se niegan a obedecer el guión que yo les había marcado.
-Ya sabes que hay
lectores de novela histórica que van buscando el fallo histórico, el
anacronismo que al autor se le olvidó corregir, etc… ¿Qué prefieres, una novela
histórica documentada con profusión hasta el detalle más nimio y así evitar
este tipo de críticas, o le da más importancia a la historia y no te preocupan
tanto esas posibles críticas por algún detalle de ambientación o dato
histórico?
Me apasiona la novela histórica, aunque no todas las épocas me atraen
igual. Y soy bastante selectivo: sólo me interesan aquellas novelas que
respetan tres reglas básicas, que yo mismo me impongo, y que trato de seguir a
toda costa: conocer el pasado, comprender el pasado y respetar el pasado.
Conocer el pasado exige una profunda investigación previa de la etapa histórica
en la que se desarrollará la novela. Comprender el pasado supone no juzgar los
comportamientos pasados bajo criterios actuales. Y respetar el pasado significa
que la historia no puede cambiar la Historia. Ahora bien, la novela histórica
es, en primer lugar, novela, y, por tanto, ficción. Y ahí viene el verdadero
dilema de este género: ¿cómo compaginar los hechos históricos y la ficción? Y
sólo admite una respuesta: como novelistas, lo importante no es la verdad, sino
la verosimilitud, es decir, sin falsear la Historia, debe primar la ficción.
-¿Qué novelas
históricas recomendarías a nuestros lectores?
El nombre de la rosa (Umberto Eco), Juliano el Apóstata (Gore Vidal), Yo,
Claudio (Robert Graves), Guerra y paz (León Tolstoi) y Bomarzo (Manuel Mújica Lainez).
-Si pudiera parecerse a un escritor o
escritora, Juan Vilches querría parecerse a…
A muchos, pero a cada uno
de ellos por algún motivo distinto. Por tanto, no podría decantarme por alguno
en concreto. A algunos los admiro por las cosas que cuentan, a otros por la
forma en que las cuentan, a otros por su rigor histórico, a otros por su
ingenio… En fin, es muy difícil elegir solo a uno.
-¿Cuál es tu novela de cabecera? ¿Y qué
estás leyendo actualmente? Por favor, no nos digas nada relativo a tu actividad
profesional (risas)
Tengo varias, pero si he de destacar una, elijo, sin lugar a dudas, El último encuentro, de Sándor Márai. Es
una maravilla. Y ahora mismo estoy leyendo Vestido
de novia.
-¿Qué será lo próximo
que leeremos de Juan Vilches? ¿Nos das alguna pista?
Estoy trabajando en una novela sobre los primeros años del anarquismo en
España. Espero que guste.
Sergio Remedios
Sígueme en twitter @sergioreme
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