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martes, 29 de julio de 2014

A Moscú sin kaláshnikov, de Daniel Utrilla



Desde Rusia con amor. Y con nostalgia. Y humor. Y literatura. Y con algo de desazón. Pero sobre todo con inteligencia y una capacidad de observación sublime. A Moscú sin kaláshnikov (Libros del K.O., 2014) es una grandísima crónica sentimental, la obra de un perfecto obsesionado con el país de los zares, los soviets, Tólstoi o Gagarin. Daniel Utrilla fue hasta hacer un par de años el corresponsal en Moscú de El Mundo. Lo dejó para escribir este libro, para tomar distancia de su pasión, que alterna con otra, también irrenunciable: El Real Madrid club de Fútbol.

A Moscú sin kaláshnikov es un punto de apoyo para viajar a Rusia (con ninguna guía de viajes te divertirás tanto), para conocer la historia reciente del país (el complemento perfecto a Limónov) y para asomarse a las calles y las gentes de un país que vive demediado: la Rusia de Putin abriéndose como una ostra para quien quiera saborearla. Pero además, este libro es una necrológica de 500 páginas sobre el viejo periodismo, tan cercano y a la vez tan inalcanzable ya. 

Utrilla es consciente, pese a su juventud ganó la corresponsalía con apenas 24 años, que llegó a tiempo para asistir al último hálito del periodismo reposado, ese que "garantizaba la calidad del producto, la depuración del estilo, la consulta de expertos, el poso maduro de la observación". Algo desterrado hoy de las redacciones, en las que triunfa la prosa anémica de los teletipos, la prisa mal entendida y la falta de criterio y estilo personal. 

Utrilla disfruta de una fijación con Rusia desde su más tierna (y troika) infancia, pese a la mala prensa del país en Occidente. La rusofilia en su biografía responde a un nombre, Chechu Biriukov, aquel triplista del Madrid que asombraba a los niños de los ochenta. Siguió con sus estudios de ruso, y  no paró hasta mandar la primera crónica como corresponsal, para el diario La Razón, cuando el siglo cambiaba en el mundo y los moscovitas saludaban a Putin, exagente del KGB, como nuevo presidente tras la década regada en vodka y capitalismo de Yeltsin. 

Los personajes que pueblan A Moscú sin kaláshnikov, incluido el propio Utrilla –genio y figura, por lo que me contaron en la Feria del Libro y los correos intercambiados– componen una galería de frikis sin igual al otro lado de los Urales. Personajes en las costuras del sistema turbocapitalista eslavo, excombatientes del Ejército Rojo ("no cuentan batallitas, cuentan la guerra"), artistas de vanguardia, ancianas y gigantes… El ojo y la pluma de Utrilla todo lo registran, con una calidez, una humanidad y una sensibilidad maravillosa. Curiosamente Utrilla, que tanto sabe de Rusia, de Gogol, de Butragueño y de periodismo, apenas tiene seguidores en esa red social llamada Twitter, donde periodistas ágrafos pontifican sobre la nada perfumada. Aunque lo de ellos no quedará.

Título: A Moscú sin Kalashnikov
Autor: Daniel Utrilla
Editorial: Libros del K.O.
Año de edición: 2014
Tipo de edición: papel
PVP: 18,90 €

Nacho Segurado
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