Es un clasicazo en nuestro blog. Casi todos los años, cae novedad y entrevista con Jesús Hernández (Barcelona, 1966), pero si lo hacemos es porque, además de colaborador muy ocasional (con entradas tan sugerentes como esta de literatura relacionada con el nazismo) es porque siempre trae novedades atractivas y cuenta cosas siempre interesantes. Hoy nos presenta su nuevo libro Los magos de Hitler (Melusina, 2014). Un tema que nos sorprende, a priori, incluso a los que conocemos la obra de Jesús desde hace ya muchos años...
Para los temerosos,… Explíquenos por qué no
deberíamos pensar que el historiador y divulgador Jesús Hernández ha saltado
sin paracaídas hacia el conocido como periodismo del misterio con Los magos de
Hitler.
Entiendo perfectamente las reticencias que puede despertar el que me haya aventurado a tratar un tema como el de los astrólogos y videntes bajo el Tercer Reich. Cuando estaba enfrascado en el proyecto y le confiaba a alguien próximo en qué andaba metido, me divertía ver su desconcierto. Pero esas mismas personas, cuando han leído el libro, han visto despejadas sus dudas, e incluso me han felicitado por él. Así, mis lectores pueden estar tranquilos porque no he dado un giro a mi carrera hacia el sensacionalismo, sigo tratando de estudiar y explicar con rigor y seriedad esos hechos que despiertan nuestro interés y curiosidad.
Recuerdo a un editor suyo que me dijo hace años
sobre un libro sobre misterios de las Segunda Guerra Mundial que estaba muy
bien, pero que dejaba poco espacio para el misterio o para creer en teorías
extrañas. ¿Sigue con ese mismo espíritu?
Exacto. Yo soy tremendamente escéptico respecto a todo, y trato siempre de buscar una explicación racional a los hechos aparentemente misteriosos, lo que se consigue en el 99 por cien de los casos. Ya sé que eso no es muy estimulante de cara al gran público, y que vende mucho más alimentar teorías fantásticas que excitan la imaginación, pero a mi me estimula más encontrar esa explicación racional.
En el caso de este libro sucede lo mismo, me he aproximado al tema de manera objetiva y dando por buenas tan sólo las informaciones que o son ciertas o tienen visos de serlo, pero he huido de todo aquello que me ha despertado alguna duda.
¿Qué le llamó de los astrólogos y videntes bajo el
tercer Reich tan poderosamente como para que les dedicara un libro?
Mi editor me propuso escribir una obra sobre la realidad del llamado ocultismo nazi, dejando de lado todas las patrañas que se han venido escribiendo sobre ello, sobre todo por pseudohistoriadores franceses de la década de los sesenta, y que han hecho fortuna hasta tal punto que muchos las dan por ciertas.
Pero al adentrarme en el tema, descubrí la fascinante historia de este colectivo; a pesar de que también sufrió la persecución del régimen nazi, su tragedia ha sido inexplicablemente despreciada por los historiadores. A partir de ahí descubrí historias tan desconocidas y sorprendentes que enseguida comprendí la necesidad de dedicarles un libro entero.
Como en otras tantas cosas, en la actitud del
nazismo hasta estas prácticas parece que se mezclaba lo racional con lo
irracional de una manera un tanto confusa… ¿Persecución, pero también
fascinación?
Sí, es increíble que los nazis persiguiesen a los astrólogos y videntes desde su llegada al poder, pero luego los mismos dirigentes nazis recurriesen a ellos sistemáticamente tanto para conocer su futuro personal como el del Reich al que servían. Para muchos de ellos, como Rudolf Hess o Heinrich Himmler, eso acabó siendo una obsesión.
Pero es que también se acudió a astrólogos y videntes para tratar de ganar la guerra; así, fueron empleados radiestesistas para localizar barcos enemigos en un mapa de Atlántico con un péndulo, o para saber en dónde estaba prisionero Mussolini. El régimen nazi tenía a los astrólogos y videntes confinados en campos de concentración, pero a la vez acudían a ellos en busca de ayuda... Es imposible no sentir curiosidad por saber cómo eso fue posible.
¿Cuál era la relación de Hess con los adivinos y
qué provocó con su huida?
Hess tenía a su alrededor un círculo de adivinos, aunque no sabemos hasta qué punto influyó en su viaje a Escocia; es increíble que hoy no sepamos todavía a ciencia cierta lo que pasó, aunque en el libro expongo las diferentes posibilidades. Su viaje provocó las iras de Hitler, que lanzó la denominada Aktion Hess, consistente en una amplia redada de adivinos y astrólogos y su confinamiento en campos de concentración. Lo que más me ha sorprendido es la falta de información sobre este episodio. Los historiadores sólo nombran la Aktion Hess de pasada, pero apenas hay hechos documentados, ni siquiera sabemos cuántos fueron detenidos; en mi libro expongo toda la información que hay sobre esta operación represiva sobre la que todavía hay muchos interrogantes.
¿Qué conocimientos relevantes sobre aquella época
puede aportarnos saber más sobre los astrólogos y el nazismo?
Una cosa que me ha sorprendido muchísimo es la gran importancia que la sociedad alemana concedía entonces a la astrología, esto es algo que hoy, en el que ésta apenas se manifiesta en los absurdos horóscopos del periódico, es inimaginable. Pero entonces mucha gente acudía a astrólogos y adivinos, y sus vaticinios, expresados en numerosas publicaciones que gozaban de gran popularidad, tenían una enorme repercusión. Es por este motivo por el que el régimen nazi persiguió a este colectivo, para mantenerlo bajo control.
Aun así, a pesar de las prohibiciones, la astrología y demás artes adivinatorias siguieron practicándose en secreto, sobre todo cuando el curso de la guerra ya no era tan favorable; la gente quería saber a que debía atenerse. Incluso se analizaba la carta astral de los vecinos para prever si el edificio en el que uno vivía iba a ser bombardeado. Pero, como he apuntado, también los jerarcas nazis deseaban saber lo que le esperaba a Alemania para estar preparados. Todo ello conforma un mosaico tan contradictorio como fascinante.
Lejos ya de frivolizar, bajo este libro también
volvemos a ser testigos de nuevas tragedias personales, como las derivadas de
la Aktion Hess contra adivinos, videntes, etc. ¿Por qué cree que a este
colectivo minoritario no se le ha recordado tanto al hablar de la persecución
nazi? Es por ser minoritario o, quizá, por la cierta mala prensa que les
acompaña.
Estoy seguro que muchos historiadores consideran que tratar este tema es arriesgado, ya que les sitúa cerca de los autores sensacionalistas carentes de cualquier rigor. Ese temor a quedar desacreditados les ha impedido acercarse a un tema que merece sin duda ser estudiado. Incluso en las mejores biografías de Himmler se pasa por alto la gran influencia que tuvo sobre él el astrólogo Wilhelm Wulff, a pesar de que esta influencia está documentada. Ese miedo a no resultar lo suficientemente académico me parece absurdo.
Espero que este libro ayude a que se conozca la tragedia de este colectivo que también sufrió el cautiverio en los campos de concentración, en donde muchos de ellos murieron. Su olvido me parece muy injusto.
¿Ha cambiado su opinión sobre la astrología tras
escribir este libro?
Sí, sin duda. Me ha sorprendido el gran esfuerzo que llevaron a cabo los astrólogos durante los años veinte y treinta del siglo XX para ver reconocida su actividad, y que ésta fuera considerada como una ciencia. Para ello, aplicaron a su trabajo el método científico, y lucharon contra lo que ellos llamaban “charlatanes” para ganarse esa credibilidad. Pero me ha sorprendido más todavía el hecho de que se valoró esta posibilidad de aceptarla como ciencia; por ejemplo, el famoso psicólogo Carl Jung era partidario de ello.
También he contado con el asesoramiento de un astrólogo profesional, Juan de la Fuente, que ha tenido la amabilidad de explicarme los principios de la astrología y que incluso confeccionó mi carta astral para aplicar esos conceptos. No obstante, mi actitud hacia la astrología sigue siendo la misma que tenía antes de escribir el libro, es decir, que no creo que los astros puedan influir en el destino de las personas, aunque respeto a los que se dedican a su estudio.
Después de una tan numerosa obra de divulgación
histórica, ¿qué habilidades crees que tiene que tener el escritor de
divulgación?
Creo que antes de ser escritor, ha de ser lector. Es decir, antes de afrontar un tema, ha de imaginar el libro que le gustaría leer sobre ello, y disfrutar mientras lo está escribiendo, eso se transmite al papel, sin duda.
Pero, sobre todo, nunca hay que aburrir; antes de aportar un dato, hay que preguntarse si es realmente necesario ofrecerlo. Hay autores que ofrecen mucha información sólo para demostrar que conocen en profundidad ese tema y que se han documentado exhaustivamente. Esa erudición puede resultar muy impresionante, pero lo más probable es que acabe aburriendo. Estoy muy satisfecho de que, después de haber publicado diecinueve libros, ningún lector me haya dicho nunca que se aburrió leyendo alguno de ellos.
¿Se hace buena literatura de divulgación en
España?
Sí, afortunadamente, muchos autores españoles se han lanzado a la divulgación histórica. Además, ya se tratan temas que, como el Tercer Reich y la Segunda Guerra Mundial, antes parecía que sólo los autores anglosajones podían tratar. Nos hemos sacudido los complejos y el lector español está respondiendo, lo que demuestra que vamos por el camino correcto. Seguro que al principio esas incursiones eran vistas con escepticismo, pero ahora los autores españoles están demostrando calidad suficiente para jugar en el mismo terreno que los consagrados que vienen de fuera.
Ya que estamos charlando y recomendando su último
libro. ¿Qué autor español, competencia suya en este género, recomendaría?
Yo recomendaría por ejemplo los libros del historiador Alvaro Lozano, que ofrece una combinación equilibrada de academicismo y divulgación. Hace tres meses leí también una aportación interesante y novedosa al tema de la medicina nazi, Los médicos de Hitler, de Manuel Moros Peña. Quiero recomendar también un libro de consulta imprescindible, Diccionario del Tercer Reich, de Gregorio Torres, que no puede faltar en la biblioteca de cualquier interesado en este período histórico. Pero son muchos más los que están ofreciendo espléndidos trabajos que también merecen ser conocidos, para los que pongo a su disposición mi blog personal, ¡Es la guerra!, en el que suelo publicar entrevistas con autores españoles.
David Yagüe
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